¿Existe una empresa que no catalogue el año 2020 como “desafiante”? Cada organización ha afrontado sus propios retos de acuerdo a su experiencia, visión y circunstancias, pero lo cierto es que para todos los líderes de equipo ha sido un año de transformación. La adaptación a nuevas modalidades de trabajo, la redefinición de estrategias ante nuevos hábitos de los consumidores y, en general, la incertidumbre que trae el contexto de pandemia ha dado nuevos desafíos a los roles de liderazgo.

Quizás la consecuencia más notoria es que, más que nunca, el liderazgo es el conductor del cambio. Para empresas de cualquier sector es crucial contar con referentes sólidos, cercanos, dispuestos a atravesar con sus colaboradores estos procesos transformadores.



Cómo los líderes pueden ser agentes de la transformación digital

Como sucede en todo momento de cambio, lo que se presenta como un reto puede ser una gran oportunidad. El liderazgo en estos escenarios de adaptación tiene el potencial de ser la plataforma a la transformación digital que quizás muchas empresas habían pospuesto, pero que hoy es cada vez más necesaria. 

Estamos en un contexto donde todavía las tácticas se van midiendo por ensayo y error, en aprendizaje constante. Desde nuestra experiencia, y tomando la perspectiva de expertos en el tema, aportamos algunas ideas para managers, supervisores, gerentes, directores y coordinadores de equipo que estén preparados para comenzar el 2021 liderando el cambio. 

Liderazgo y transformación digital



1. Organización y cercanía, también a la distancia


Para las empresas que tuvieron la posibilidad de migrar sus operaciones al teletrabajo, sin dudas experimentaron uno de los cambios más radicales en su historia. Para los líderes de equipo, se agregan desafíos inéditos a su rol, sobre todo a quienes nunca han trabajado con colaboradores remotos. ¿Cómo organizar el equipo a la distancia, manteniendo la motivación, el compromiso y la productividad? Hay un aprendizaje por parte de todo el equipo, líderes y colaboradores, para que la nueva modalidad funcione.

Asegurar la base tecnológica

Lo primero es asegurar que todos tienen acceso a la tecnología adecuada para trabajar de forma cómoda. Si los colaboradores no cuentan con los dispositivos o la conexión a Internet necesarios para cumplir con sus tareas, es responsabilidad de los líderes asegurar que accedan. A su vez, la adopción de nuevas herramientas para comunicarse a diario u organizar las tareas de forma remota debe ser impulsada desde los roles de liderazgo.

Si como manager no usas el gestor de tareas, es difícil que tus colaboradores lo incorporen naturalmente a su jornada. Siempre recordemos que la tecnología en sí misma no tiene valor si no es aplicada por la gente. La integración humana de la tecnología es una de las principales líneas de acción de los líderes en la transformación digital.

Flexibilidad basada en la confianza

Luego de asegurar el soporte tecnológico, lo más importante para un líder de equipos remotos es la confianza. El gran miedo de esta modalidad (por lo cual a muchas empresas ni se les habría ocurrido antes de la pandemia) es que los empleados en su casa no cumplan con las tareas como en la oficina, por no tener a nadie “controlando”.

El desafío es encontrar métodos amigables de supervisión a la distancia, basados en la confianza en los colaboradores. Y si se pueden gestionar horarios más flexibles, con foco en el cumplimiento de objetivos, puede ser una alternativa para algunos trabajadores que tienen dificultades para mantener su jornada durante el confinamiento. 

La comunicación es un insumo esencial

Paradójicamente, cuanto más a la distancia se trabaja, más cercanía se requiere. La comunicación es un elemento clave en cualquier dinámica de equipo, pero al gestionar equipos remotos, se convierte en algo esencial. Comunicar claramente estándares y expectativas, estar disponible para responder cualquier inquietud y promover los encuentros virtuales a través de videoconferencias son clave para que no decaiga la motivación en tiempos de confinamiento.    

Videollamadas en teletrabajo: liderazgo y transformación digital

2. Más transparencia y responsabilidad

El contexto de incertidumbre que ha ponderado el último año hace que los trabajadores (así como los clientes) necesiten más que nunca una guía certera. La transparencia y la claridad de información son más importantes que nunca para mantener al equipo conectado, alineado en la misma página. 

Pero la incertidumbre, aunque parezca contradictorio, puede ser vista como una certeza. Y en base a eso, llevar a cabo un plan de acción. Según Charlene Li, referente en liderazgo y transformación digital, es posible planificar en escenarios inciertos. ¿Cómo? Recurriendo a la valiosa herramienta de “planificación de escenarios”. Este proceso prevé múltiples escenarios posibles, desarrollando estrategias sólidas para cada uno y configurando métricas que permitan evaluar cuál escenario se está desarrollando. 

3.  Aprender a aprender

La rapidez en que cambian las tendencias en el mundo digital, así como las demandas y preferencias del mercado, hacen que constantemente se deban cultivar nuevas habilidades, sobre todo en el ámbito de marketing y ventas. Más que saber cómo hacer cosas en específico (que, por el aceleramiento de los cambios, pronto podrían quedar obsoletas), el paradigma actual apunta a la capacidad de aprendizaje.

Más que el set de habilidades fijas de un vendedor, lo que hace la diferencia son  sus ganas de seguir formándose; su avidez para incorporar nuevas visiones y herramientas. Los nuevos liderazgos impulsan ese “aprender a aprender”, entendiendo que no hay roles inamovibles y que la capacidad de adaptación al cambio es uno de los mayores talentos con que contar en un equipo. La capacitación debe ser permanente, más allá de la primera semana de ingreso a la empresa. Porque además, esa posibilidad de crecimiento profesional es una motivación enorme para los colaboradores. 

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4. La base para la cultura del equipo 

Las empresas con una cultura sólida están más firmes para atravesar cualquier turbulencia que traiga el contexto exterior. Y la cultura es algo vivo, que va mucho más allá de la declaración de principios y valores en un documento. Los líderes tienen un rol clave en transmitir y fomentar esa cultura día a día, sea incorporando los nuevos protocolos en la oficina o gestionando un equipo de treinta vendedores en teletrabajo. ¿Y cómo se transmite cultura? Liderando con el ejemplo, poniendo los valores en práctica. Si el detallismo es uno de los valores a los que apunta la compañía, los líderes deben inculcarlo cuidando ellos mismos los detalles. Lo mismo con el respeto, la responsabilidad o el orden. 

5. Practicar el arte de seguir

Algo que caracteriza a los líderes de la transformación es su mentalidad disruptiva. Porque la transformación digital es disruptiva. Tomar riesgos, animarse a romper las estructuras que ya no funcionan, plantear soluciones que puedan evolucionar, son atributos de los líderes en estos tiempos donde, como dicen, la gran constante es el cambio. 

Como expresa Charlene Li: “El virus ha proporcionado una lección muy importante: ¡somos líderes y organizaciones más resilientes de lo que creíamos posible! Los líderes disruptivos enmarcan su liderazgo en el contexto de sus seguidores: practican el arte de seguir como una forma de liderar”. Los líderes con más capacidad para llevar adelante la transformación necesaria y seguir creciendo en tiempos complejos son los que saben escuchar, muestran disposición abierta y no temen al cambio. Al contrario, lo inspiran.

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